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Homages

Quince nuevas piezas musicales o arreglos grabados por músicos contemporáneos austriacos, cada uno, rindiendo tributo a un artista que ha influido en la historia de la música de Nueva York. Esto es lo que presenta Orf- Musikportokoll estos días como parte del festival de arte de Graz Der Steirisher Herbst (El otoño de Estiria)

Llegas a un edificio casi frente al río (designforum Steiermark), y eres recibido de manera encantadora y mientras te explican cómo funciona la muestra; te cuelgan un aparato parecido a un celular del cuello y te acomoda unos audífonos, de esos gruesos que te tapan la oreja completa y que te apartarán del mundo por un buen rato. Eso hace que tu paseo sea bien divertido si, como yo, vas con dos niños que no entienden lo que es el silencio y te van a hablar gritando por todos lados.

Luego, con cuadernillo en mano para poder leer la información de cada pieza y escuchando ruidos de la calle de Graz y de Nueva York, te acercas al primer cubo mágico que hace que en tus oídos empiece la música. Si, cada cubo contiene un dispositivo que hace que en tus oídos suene una de las piezas de la exhibición.  Después de probar con tres cubos por esa sala, tu deber es salir a la calle. Caminas hasta la esquina y te metes a otro edificio (Stadtwerke-Haus), donde, por recomendación de la misma guía de la muestra, vas hasta la azotea y te encuentras con otro cubo y con una vista de Graz que no es normalmente muy accesible. Mis hijos estaban hasta ese momento encantados con el asunto mágico de los cubos y la música.

Luego empiezas a bajar las escaleras poco a poco encontrándote con cubos distintos y con experiencias distintas. Ruidos extraños, acordes sueltos, música electrónica en su máxima expresión, cuerdas que te transportan cada una a su lugar respectivo. Entre ellos,  un tributo a Cindy Lauper, en el que el artista juega con los acordes sueltos de Time After Time. En la planta baja un juego de cuerdas con un contrabajo te recuerda lo importante del Jazz en la Gran Manzana.

Después tendrás que seguir caminando en la calle, te encuentras con un cubo más, metido en un edificio pero para ser escuchado sin necesidad de entrar y unos cuantos metros más allá; la Academie Graz designforum Steirmark, donde están los últimos dos cubos; uno que te explica lo que es la felicidad y otro que te abre una puerta a un libro de ciencia ficción (si no me equivoco, las dos únicas voces que se escuchan en toda la muestra).

Luego de eso toca regresar a devolver los audífonos y con ellos terminar este extraño viaje musical. Realmente una experiencia fantástica.
 



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